Adelanto de mi próximo libro, "Lunático"

 

Voy a terminar este año publicando nuevo libro. Se trata de un diario bastante literario que he escrito y pulido a lo largo de cinco años. Lo empecé el 14 de marzo de 2020, el día que nos encerraron en casa por decreto. No pensaba publicarlo, pero ya es hora de dejar la corrección de un lado y alzar la voz. Dejo por aquí una selección de entradas. Espero que os guste este pequeño adelanto.

 

Las correas psiquiátricas son los grilletes del siglo XXI.

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El dolor de la vida no lo alivia el Ibuprofeno.

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Los actuales psiquiátricos son idénticos al de Alguien voló sobre el nido del cuco.

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Tauromaquia: el arte de torturar toros hasta la muerte.

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Muy emotiva la misiva de los milikis golpistas al «preparao».

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Periodismo: difundir el video de un bestia pegando una paliza a otro adolescente.

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Dios creó el cielo y la tierra, Colón descubrió América y en el XIX fue abolida la esclavitud.

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Iluminación navideña: gasto justificado e imprescindible, máxime en tiempos de pandemia y toques de queda.

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El discurso leído anoche por el monarca me excitó tanto que esta mañana he tenido que lavar las sábanas.

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Jenny Offill: «Mi historial de compras de libros va a hacer que un perverso algoritmo gubernamental me tenga bien fichada. Montones y montones de libros sobre la Francia de Vichy y la Resistencia y muchos más libros de los que ningún civil podría necesitar acerca de técnicas de espionaje y fascismo. Por suerte también hay una novela de Jean Rhys y un libro para Eli titulado Cómo dibujar robots. Eso los despistará». Pienso en 1984 y en lo corto que se quedó Orwell.

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Bernard Thomas: «El obrero prostituye sus brazos al patrón. La costurera prostituye sus ojos sobre la aguja por un salario de miseria. Todas las prostituciones son equivalentes. Solo las diferencia la moral burguesa, que hace del acto sexual un pecado. El mismo Cristo amó y respetó a María Magdalena. Por lo general, los curas prefieren olvidar este capítulo de la vida de su héroe favorito. ¡Les molesta, les impide digerir entre sus vestiduras de seda, entre sus oros y sus joyas, el que su buen Dios haya podido querer a una mujer perdida! Sin embargo, esa era la única anécdota rescatable de su religión de parásitos». Amén.

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Es verano y sacan a los viejos del geriátrico a la calle. Ponen a todo volumen música de mierda: Raphael, Julio Iglesias, Manolo Escobar, El Fary… Intento leer Todos los monos del mundo, pero no me concentro. Un día de estos, me cago en dios, cojo un hierro y les destrozo el aparato. Mientras tanto, mejor me alejo. Sopla un viento del norte que da gusto. Me siento bajo los álamos y leo.

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No llevo ni una semana trabajando y me duelen todos los músculos, todos los huesos: me duele la cabeza, los pies, el pecho, me cago en dios, me duele hasta el alma. 

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El Santo Padre ha rezado mucho últimamente y, por ello, ha salido ileso del quirófano.

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Me dice que va a ver La isla de las tentaciones y me explica en qué consiste el programa. Tipos y tipas deambulando por una isla paradisiaca en pelota picada. Y no solo eso, les graban follando. Luego llegan sus parejas y comprueban si les han sido infieles. Millones de gilipollas verán esta noche semejante porquería. Este país está para arrojarlo al vertedero.

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¡Bendito y alabado sea el Fortasec!

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Lo mejor del curro es la Cadena 100 y su variedad musical.

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—¿Cuánto cobras?

—El Salario Mísero Interprofesional.

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